Hubo imágenes religiosas contrastantes en el concierto de Madonna el domingo en el American Airlines Center.
El espectáculo empezó con una procesión de monjes vestidos con túnicas rojas como la sangre que entonaban ominosos cánticos gregorianos. Sus bailarines estaban disfrazados de criaturas semejantes a murciélagos.
El ambiente era sombrío, premonitorio.
Entonces la Chica Material nos llevó por un ciclo de canciones que abordaron el sexo, la liberación, el pecado, el fortalecimiento, el amor, la adicción, la rebelión y por último la redención.
Lo hizo en el clásico estilo Madonna: polémico y vistoso.
La controversia es parte de su atractivo, y la provocó con algunas armas de juguete durante los frenéticos números "Revolver" y "Gang Bang".
Recientemente esas armas le valieron una fría recepción en Denver, una ciudad todavía dolida por una matanza en un cine.
Su objetivo eran hombres enmascarados, y se deleitó en salpicar su sangre en las pantallas de video.
Todo estuvo perfectamente escenificado, y tenía un mensaje claro: A Madonna nada la detiene.
La función en lleno total, parte de su "Gira MDNA", por el nombre de su más reciente álbum, empezó a las 10:45 p.m., mucho después del telonero italiano DJ Benny Benassi.
Estuvo en el escenario después de cancelar su concierto del sábado en la noche en el AAC debido a una laringitis.
Se disculpó por el retraso: "No soy de las que se rajan", dijo.
"Gracias por su comprensión. Les voy a cantar con todo mi corazón esta noche".
Y así lo hizo. Fue como si tratara de contradecir a los escépticos que suponían que se iba a limitar a mover los labios durante todo el concierto. Si recurrió a la mímica en alguna canción, fue mínimo.
Cada vez que Madonna tenía el micrófono en la mano, de veras cantaba.
Aunque su repertorio estuvo muy cargado de material de MDNA, el público reaccionó cuando cantó los clásicos pop: "Express Yourself" muy animada, "Open Your Heart" percusiva con el trío vasco Kalakan, una seductora y valsística interpretación "Like a Virgin" y una deliciosa producción de "Vogue" repleta de bailarines travestis.
Cantan al unísono
Entre los temas de MDNA estuvieron la bella balada "Masterpiece "y "I'm a Sinner".
Esta última hizo un pasaje a una jubilosa "Like a Prayer", con todo y coro y Madonna en pleno estilo eclesiástico. El público cantó con ella, palmeó y se halló atrapado en esa reinterpretación del gospel.
Para entonces el mensaje era claro como el agua: Madonna prefiere nutrir su alma con el inspirador ruido de las voces al unísono.
MADONNA EN EL AMERICAN AIRLINES CNETERReligión, violencia y sexo, nada escapa al show de MadonnaReligión, violencia
y sexo, nada escapa al show de Madonna en Dallas
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